Presentación del proyecto «Oda a Jovellanos»

Portada del Libro CD-DVD

FICHA TÉCNICA

Joaquín Pixán: Tenor
Jorge Muñiz: Composición musical
Antonio Gamoneda: Texto de la Oda a Jovellanos
Óliver Díaz: Dirección musical
Mario Bernardo: Piano
Pablo Menéndez: Guitarra
David Cervera: Bajo
Coro de la Fundación Príncipe de Asturias
Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias

Steve Taylor – The Produccion House: Ingeniero de sonido “Oda Jovellanos”
Ardilla & Feedback Arte y Sonido Producciones: Ingeniero de sonido de las canciones de la época de Jovellanos
Joaquín Pérez Fuertes / Steve Taylor: Mezcla final y balance
Dominic Gibson: Asistente técnico
ANDANTE Producciones Culturales: Producción
María Sanhuesa: Textos y documentación
María Higuera: Diseño gráfico
Manuel Membrillo: Asistente producción ejecutiva
Maite Bäckman: Gestión y coordinación
Fechas de grabación: junio y julio de 2011
Lugar de grabación: Auditorio Palacio de Congresos Príncipe Felipe de Oviedo

CONTENIDO MUSICAL

Oda a Jovellanos

Mov. 1 [10´07]
Mov. 2 [12´56]
Mov. 3 [8´37]

Canciones del siglo XIX

Seis canciones españolas  (voz y piano) [12´]  Mariano Rodríguez de Ledesma

  • El sueño de mi amor
  • El pescador
  • Delio a Nise
  • Cuando al campo salgo
  • El propósito inútil
  • Yo las falacias

La flor del zurguén (voz y piano) [1´52]  Manuel García

Parad avecillas (voz y piano) [3´02]  Manuel García

Venid pajaritos (voz y guitarra) [2´06]  Manuel García

Las mujeres del día (voz, guitarra y piano) [1´35]  José Rodríguez de León

Es el amor un ciego (voz, guitarra y piano) [55´´]  Narciso Paz

Trípili trápala (voz y piano) [3´26; con dos letras 2´03] Blas de la Serna

Iba un triste calesero (voz, guitarra y piano) [3´45; sin repetición 2´] Pablo del Moral


TEXTOS SOBRE EL PROYECTO

    Asturias, con Jovellanos

   La conmemoración del Bicentenario del fallecimiento de Baltasar Melchor Gaspar de Jovellanos (Gijón 1744 – Puerto de Vega, Navia 1811) significará para Asturias –está significando ya- un reencuentro con su propia historia como pocas veces hemos conocido. Cabría decir que a tal señor, tal honor. En efecto, no podría transcurrir ante nuestros ojos la ocasión del Bicentenario sin que las instituciones públicas, las más relevantes entidades privadas, los círculos académicos y culturales e incluso la iniciativa privada izaran el nombre y la obra de Jovellanos como una bandera que  nos acoge y representa a todos los asturianos. Dado que el ilustre poeta, jurisconsulto y político gijonés es una de las personalidades que más luz han proyectado sobre la sociedad de su tiempo y sobre los tiempos ulteriores a su propia vida, los asturianos entendemos tan unánime adhesión al Bicentenario no sólo como una evocación emocional sino como un acto de justifica. Al honrar a Jovellanos, los asturianos nos honramos a nosotros mismos.

     El Bicentenario

   Hablo de unanimidad en la respuesta al programa de conmemoraciones, porque en efecto, Asturias se ha puesto en pie para reclamar para Jovellanos el puesto preeminente que la historia de España le ha reservado. La vida y la obra entera de nuestro egregio paisano aflorarán a lo largo de todo el año 2011 en toda suerte de formatos: ediciones bibliográficas, ciclos de conferencias, reediciones, premios, talleres escolares, videos, sellos postales, una serie sobre su vida para la televisión nacional… Actividades todas ellas firmadas por los organismos del Principado, la universidad, empresas financieras e industriales e iniciativas particulares.

   Homenaje musical

  Al contemplar tan ambicioso catálogo de propuestas conmemorativas, no pude menos de sorprenderme ante un clamoroso silencio: el de la música. Desde mi sensibilidad profesional, entiendo que la música no debe ser la gran ausente, la convidada de piedra del magnífico homenaje que Asturias ha reservado para uno de sus hijos que mejor nos identifica en la historia. Al contrario; la música ha sido, a lo largo de los tiempos, uno de los heraldos y símbolos más reconocidos de la exaltación de nuestros hombres de mayor merecimiento.Todos los grandes autores, desde el siglo XVII, han escrito cantatas encendidas en honor de próceres coetáneos, y han sido estas músicas las que, en el discurrir de los años, se han encargado de perpetuar la memoria de aquellos a las que estaban dedicadas.

  Es precisamente el homenaje musical a Jovellanos el lema que me movió a poner en marcha un proyecto musical acorde, conceptual y estéticamente, con la gran conmemoración que estamos celebrando. La idea del formato cantata para solista, coro y orquesta se abrió camino. Esta forma musical permite desplegar un texto y una partitura que por su extensión y significación elegíaca se adecúa al formato  de una pieza de homenaje.

   El segundo paso nos llevó a buscar a los protagonistas, esto es, los creadores y los intérpretes. En un homenaje de Asturias a un asturiano universal parece obligado que  nuestra  propuesta tuviera una firma de autores e intérpretes también.asturianos.

  La obra homenaje “Cantata Jovellanos” nace con voluntad de sobrevivir a los actos del bicentenario. Asturias ganará, de este modo, una pieza de repertorio con muy reconocibles evocaciones.

Joaquín Pixán

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  Fue Joaquín Pixán, creador e impulsor del propósito, quien me propuso hacer la escritura de un texto poético en honor a Jovellanos,  texto orientado a musicalización y a significar el bicentenario de su muerte. La admiración y respeto por la figura del gran político y escritor –inolvidable y paradigmáticamente necesario ahora mismo en razón de su generoso y avanzado  entendimiento de las realidades sociales– tienen en mí una razonable antigüedad. Aun así, ante el proyecto, me inquietaron algunas dudas iniciales, dudas que se dieron únicamente a causa de una sincera desconfianza relativa a mi capacidad para escribir sobre un tema dado. No está en mi costumbre hacerlo; la poesía surge –en el caso de que ciertamente surja– a partir de “un no saber”, de una vivencia interior cuyo carácter, en principio, no suele estar plenariamente definido.

   Pero las dudas empezaron a retraerse ante la fuerza de imperativos mayores: la renovada lectura de obras de Jovellanos, que activó una “interiorización”  de su pensamiento y sus hechos, y, simultáneamente, el conocimiento de la personalidad y la capacidad creadora de quiénes participaban en la empresa: el propio Pixán con su voz y su privilegiada comprensión de la música, Jorge Muñiz en la composición, la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias, Oliver Díaz en la dirección de ambos conjuntos… Y no sólo su personalidad y su talento, sino la presencia –emocionante a fin de cuentas– de una identidad común: todos éramos asturianos y a todos nos  reunía una misma y asturiana voluntad. Finalmente, la asturianía se completó –quizá no podía ser de otro modo– con el generoso y más representativo acogimiento institucional, que, obviamente, era –es– el del Gobierno del Principado.

   Más, en términos positivos, podría decir de la circunstancia; me limitaré, con valor de ejemplo, a la advertencia presencial de la entrega de todos a la tarea –ensayos, grabación– realizadora, y de las asombrosamente coordinadas inteligencia  y sensibilidad aplicadas a la misma. Un descubrimiento para  mí,  en definitiva, de la sutil y compleja trama que conviene a una creación  musical con motivación, calidad y permanencia imperecederas, a mi entender.

Antonio Gamoneda

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La cantata “Oda a Jovellanos” está basada en el poema homónimo de Antonio Gamoneda.

Con una duración de unos 25 minutos, está compuesta para tenor solista, coro mixto y orquesta.

Dividida en tres movimientos, explora la vida del emblemático político, escritor y hombre ilustrado español de finales del siglo XVIII y principios del XIX.

El texto tiene carácter biográfico, pero la música está diseñada para proporcionar un arco dramático a través de sus tres movimientos: Jovellanos, el hombre inconformista, el hombre que lucha contra mareas y el hombre que nunca perdió su amor por su patria querida, Asturias.

El tenor narra aspectos de su vida, su fuerza y su carácter, a la vez que el coro reflexiona sobre su papel en la historia de España. Al final del tercer movimiento escuchamos la voz de Jovellanos interpretada por un bajo. Jovellanos nos habla desde el pasado, sobre nuestro presente, pero siempre mirando al futuro.

 Jorge Muñiz

TEXTO DE LA ODA A JOVELLANOS 

por Antonio Gamoneda

PRIMER MOVIMIENTO

Jovellanos:                                                  

Eres un clavo de oro
en la conciencia lívida de España.
Eres la melodía del silencio,
la cercanía de las lontananzas.

Tú naciste ante el mar, y el mar, en ti,
puso sus transparentes enseñanzas:
viste las evidencias invisibles
y las verdades falsas.

Eres un clavo de oro 
en la conciencia lívida de España:
viste las evidencias invisibles
y las verdades falsas.   

El horizonte
depositó en tus ojos sus mudanzas;
comprendiste las cifras escondidas
de la tempestad
y de la calma.

En las mareas vivas, los imanes
de la esfera lunar depositaban
sus potencias en ti y el mar ardía
ante tu rostro.
El mar en llamas.

El mar ardía 
ante tu rostro. 
El mar. El mar en llamas.

Espinas y corales invadieron
tu inmenso corazón. Viste en las algas
los símbolos oscuros
de la crueldad
y de la infamia.

Fue el mar: el mar sangriento 
de los crepúsculos 
y de las albas.

Te envolvieron en túnicas, pusieron
médulas trascendentes en tus causas
y en tus venas residuos
de fábulas sagradas.

Pero la  verdad terrestre
en tu verdad se adentraba:
viste la justicia injusta,
la sinrazón descarnada.

En la sima dolorosa
de la pobreza no hay nada
más despojado y  herido
que  las vidas proletarias.

Hierros que forja  la usura 
traspasaban
espíritus ofendidos,
naturalezas cansadas.

SEGUNDO MOVIMIENTO

Tú querías para ti
la belleza cismontana:
el rocío en los espinos,
la majestad de las águilas.

Tu asturianía y tus ojos
reposaban
en la sencilla aspereza
de la boroña amarilla
y de la escanda.

Temprano diste tu esfuerzo
a otra luz, a otra templanza;
la claridad, en ti,
amaneció temprana.

Descendiste al abismo. Fue contigo
tu hidalguía atormentada.
En tus manos llevabas un acero
de dos filos: un claro filo de luz,
y otro de desesperanza.

Pronto te llevó el destierro
a la Cartuja lejana.
Fuiste rehén del silencio,
cautivo de la añoranza.

Que me oscurece,
ay de mí, que me oscurece
a la baxada del monte.
Maruxina de Los Llanos,
dame posada esta noche.

TERCER MOVIMIENTO

Tu extraño corazón                 
daba su materia  al fuego.               
La miseria y el dolor
ensombrecían tus sueños.

Bajabas a las minas, desprendías
el aceite sagrado de sus ramas
y tu ciencia fue el pan, el pan del hambre,
la piedad ilustrada.

A ti,
pastor de la tristeza, forjador
de las cadenas desencadenadas,
un día te dio el mar
su sabiduría intacta
y aún volviste a él para morir mirando
el perfil asturiano de tu patria

Tuyo fue
el descanso vacío de la nada.
                                     No,
no mueras en nosotros, ven, desanda
las espinosas sendas
de la pobreza, salta
la aduana negra de los pensamientos.
                                              Tu,
el incesante valedor de España.

Aún estoy en vosotros. Me contemplo 
atravesado por un río de llamas.                           

Maestro de las sombras, capitán
de la luz, retorna, llama
a las cerradas puertas del silencio.

                                              Jovellanos,   
con tu ira y tu amor, golpea, llama                         
a las cerradas puertas. Quizá un día                        
victorioso y feliz no sólo el eco
responda a tus llamadas.